miércoles, 1 de noviembre de 2017

Nápoles: costa amalfitana

Partimos hacia Sorrento. Como ya conocemos el tren, que es el mismo en el que fuimos a Pompeya, vamos muy tranquilos disfrutando disfrutando del paisaje. Las montañas son espectaculares y el mar ... ¡ha desaparecido! El tren para en una estación que nos dicen que es la última. Tenemos suerte y a los cinco minutos tomamos un tren de vuelta que nos permite enlazar con el que teníamos que haber tomado. Total, una hora de retraso. Paseo por Sorrento y cena estupenda en restaurante d´Emilia.

Colores de la puesta de sol desde el puerto de Sorrento. Vista del Vesubio y de la bahía de Nápoles:



Vista similar pero de día y desde un punto más alto:






Antiguo y abandonado molino en Sorrento:



Al día siguiente visita a la costa amalfitana. Plan: vimos ayer, en información y turismo, que hay un ferry para Amalfi a las nueve de la mañana. A las ocho y media estamos en la taquilla, donde nos informan desganadamente de que el primer ferry sale a las diez y  media, el de las nueve solo funciona de Abril a Octubre. ¡Pero si estamos a 29 de octubre!, alegamos. No sirvió de nada, desde la semana pasada el ferry de las nueve ya no funciona. Bueno. pues paseo de hora y media por Sorrento para hacer tiempo.

Menos mal que la excursión compensó este comienzo. La llegada a Positano por mar es espectacular.  Lo mismo puedo decir de Amalfi. Aquí dembarcamos. Paseito de un par de horas y comida original: ¡una pizza! con dos refrecos, sentados en la barra del local, por 8 euros.

Amalfi:






Torres defensivas y de vigilancia a lo largo de la costa:




Positano:



Deshacemos el camino recorrido en el ferry volviendo en bus. Esto es Italia: el billete del trayecto en bus de Amalfi a Positano nos vale mas caro que el de Amalfi a Sorrento, siendo el primero un subtrayecto del segundo. Además los billetes los redondean hacia arriba, si marca 2,90 euros nos cobran 3. Los pisajes de vuelta en bus son tan bonitos como las vistas desde el ferry y le emoción es superior. He visto adelantamientos de motocicleta (vespas) al bus y a otros coches que no creería posible ni aunque el piloto fuese Valentino Rossi. Si el bus lo hubiese conducido Fernando Alonso, seguro que habríamos tardado más en hacer el recorrido. Y eso que llevábamos delante un deportivo que nos iba frenando. En una parada, coincidieron los buses de sentidos contrarios con lo que bloquearon la carretera hasta que bajaron y subieron los pasajeros de cada uno. Nuestro bus quedó a reventar: íbamos como en el metro en hora punta en Nueva York. Menos mal que nosotros teníamos asiento. Tras "acomodarse" todos los pasajeros, aun se pusieron a charlar ambos chóferes de ventanilla a ventanilla. Daba igual la cola de coches esperando y lo enlatados y asfisiados que fuesemos los pasajeros. Tras la cháchara recuperamos el tiempo perdido a golpe de acelerador. Llegamos sobre el horario previsto. Un día encantador, a pesar de todo.

Hoy visitamos la isla de Capri. Más de lo mismo, paisajes espectaculares, bonitos pueblos y caminata agotadora siguiendo la costa. ¡No he subido tantas escalesras en mi vida! Esto es un resumen de lo que vimos:







Este es el borde de la costa por el que paseamos. Algunas de las casas que se ven son villas de la very important people. Debajo un camino "tipo" de la zona.






El tercer día decidimos repetir la ruta por la costa que hicimos ayer, pero en motocicleta, como auténticos italianos. El paseo ha sido estupendo, parábamos cada cinco o seis kilómetros. Las vistas estupendas y la temperatura agradable para ir em moto. Además de los pueblos de ayer, visitamos Revello, que nos esncantó. Con tanta parada nos retrasamos sobre el horario previsto y en la última hora pasamos bastante frío, pues se nos hizo de noche y refrescó.

Vista de toda la costa, de Positano a Capri:


Primer plano con jardines y huertas en pequeñas terrazas de terreno, segundo plano, los edificios situados a más altura son el cementerio y al fondo el pueblo de Positano:


Vista del pueblo de Praiano y detalle de su iglesia:






Pueblo de Ravello:



Praiano y la costa al anochecer:




Se acabó la costa de Amalfi. Mañana volvemos para Nápoles.

Ya en Nápoles. Ya habíamos olvidado lo sucia que está la ciudad y, sobre todo, cómo hacer para cruzar las calles sanos y salvos.





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